lunes, noviembre 14, 2005

14-11-05

Ciertas arpías de cuyo nombre no quiero acordarme querían tentarme ayer como Satanás tentó a Jesucristo cuando se lo llevó a la cima de la montaña y le ofreció... no sé qué demonios le ofreció, pero no debía ser bastante cuando el interpelado rehusó con un: "no, gracias".

Cierto que siguen apareciendo merluzos por el horizonte, cierto también que todavía quedan espinitas clavadas y que la tentación vive arriba, o abajo, como queramos mirar el atlas, pero ahí termina todo. Quién no ha fantaseado con la top model del momento, o con el chico de la coca cola ligh? Que para eso tenemos ojos en la cara y las hormonas revolucionadas, por mucho que el invierno todo lo recluya...

Reacciones? (aquí la carcajada) Como la canción, también de ayer, ni en cadena ni en vinilo. Decía mi abuela: "el meu mal no vol sorolls" y la disonancia cacofónica que produciría en estos momentos la aparición estelar de Lanzarote del Lago sería totalmente contraproducente con el establecimiento de la tabla redonda y el asentamiento del reino artúrico, y yo no soy la dama de Avalón ni Excalibur se encuentra en el fondo del lago.

Qué ida de olla!. Tendrá que ver con ello el sueño que me embarga? El mejunge herbolario que me he tomado? puede.

Ya véis, la risa está garantizada cuando nos reunimos y tenemos como patrón a San Hilario (por lo de hilaridad, eh eh eh), tubos de escape, cuelgasimios y un poco de vaselina.

Querida Deseos, vaya poniendose los misterios porque se me ha despertado el gusanillo.

Poleo, cada vez descubro más facetas de Ineluki en tí, pero no sé si eso es tan malo...