martes, noviembre 01, 2005

1-11-05

15:05 en Brisbane, Australia
01:06 en Saint John's, Antigua y Barbuda
05:08 en Ouagadougou, Burkina Faso
11:08 en Colombo, Sri Lanka
01:09 en Port of Spain, Trinidad Tobago
13:10 en Singapur, Singapur
00:11 en Washington DC, EEUU
17:12 en Wellington, Nueva Zelanda
08:12 en Dar es Salaam, Tanzania
06:12 en Barcelona, Catalunya.

No hay como entretenerse comprobando "qué horas son (mi corazón)" en el resto del mundo. Aquí, si salgo al balcón, aún a riesgo de morir más adelante de una pulmonía, me saludan miles de estrellas, tomando los sitios de honor una de las osas, aunque ahora mismo no sé cual de ellas, Venus, el lucero vespertino y Marte, el planeta rojo que últimamente es uno de los cuatro más brillantes del panorama celeste.

Aún es de noche, se nota el cambio horario, pero los pájaros no saben de horarios y para ellos es de día. A mis gatos también les importa bien poco. Se dedican a hacer carreras pasillo arriba, pasillo abajo sin consideración ninguna por lo que puedan decir los vecinos. Si yo estoy despierta, ellos más.

Esperar es desesperarse y para la espera nada mejor que una infusión de tranquilizantes y música relajada. El Shepherd Moons' de Enya cumple con su cometido.

Madrugada de Halloween, y será por eso que la luz de la llama me hace imaginarme el dibujo del murcielago en la pared. O tal vez porque me he despertado con dibujos de calabazas, fantasmas y quirópteros en la cabeza.

Mis velas ya están encendidas, que los espíritus retomen sus fueros y, como dice Sisa "a casa meva és casa vostra si es que hi ha, cases d'algú"

Benvinguts, passeu, passeu...