viernes, diciembre 31, 2004

Balance

Hace dos horas ha empezado el último día del 2004

Porque sí, porque quiero, porque me da la gana, voy a hacer balance de lo que ha dado de sí este año.

El caso Carod, El señor de los anillos, el 11/03 que todavía colea, el PSOE vuelve al poder, las torturas en Irak, el Forum, el año Dalí, la boda real, Marlon Brando, las bodas gays, reelección de Bush, Yaser Arafat, el conflicto vasco, maremoto en Indonesia, el boicot al cava catalán... De todo y para todos los gustos.

Mi año particular parecía que empezaba bien... hasta que se jodió el 14/02. No me hace falta bucear en la hemeroteca, mis efemérides son sonadas. Creo poder afirmar que pasé los tres peores meses de mi vida, aunque el hecho de tener todo el tiempo del mundo para pensar ayuda a ver las cosas desde diversos ángulos. Lo que si puedo decir con toda solemnidad es que nunca he deseado tanto poder ir a trabajar... Increible pero cierto.

En un acto de dignidad, orgullo y autoestima sin precedentes, me deshice de lo negativo que tenía a mi lado. Claro que me costó nuevo número de teléfono, de móvil y si hubiese podido, hasta de casa.

Entre Abril y Agosto volví a mi "normalidad". Trabajo, casa, vida social... Aproveché para cerrar algunas puertas y se abrieron otras. He estrechado vínculos con personas maravillosas, peculiares, especiales y también he conocido "lo mejor de cada casa", por decirlo de forma suave...

He tenido la oportunidad (posiblemente única) de realizar uno de mis sueños. Hay más, muchos más, por cumplir.

Impaciecia. Impetuosidad. Irreflexión. Tres vocablos que me definen. Dos serían pocos, cuatro demasiado. Lo quiero todo. Ya. No suelo sopesar las consecuencias. Siempre luchando contra los molinos... Soy humana. Tengo mis días. Y una capacidad de recuperación a prueba de casi todo.

En Octubre me dejó alguien muy importante. Habría parado los relojes, como en la poesía de Auden. Quisiera tener poder sobre la muerte...

Ayer estuve en Punto. Fue solo un momento, pero pude entrar.

Profesionalmente hablando, ha habido de todo. He aprendido, y no por el libro de moda, que la adicción al trabajo no es saludable. Se anuncian cambios en el horizonte.

Supongo que el fiel de la balanza se inclina más hacia lo positivo. He llorado, pero he reído más. Y siempre me quedan mis sueños, fantasías e improbables.

...Quien sabe... tal vez algún día...

sábado, diciembre 25, 2004

25-12-04

Llueve... Oigo su sonido en el asfalto mojado al pasar los coches. Me gusta la lluvia. Me trae recuerdos especiales de momentos compartidos con personas inolvidables.

Es Navidad. Otra más. Iteración año tras año. Clichés llevados a la práctica con la perfección que te da la experiencia. Esta vez el N3B me ha fallado. Esperaba la famosa música de cabecera y se han modernizado. Hay que joderse.

No han estado mal los regalos. Quizá porque me los he comprado yo y es una apuesta segura. ¿por qué me ha dado ahora por el rojo? tendrá una explicación freudiana supongo, como todo.


El móvil saturado de sms, unos chorras, otros muy bonitos. Uno... uno que me guardo para releerlo en ciertos momentos... ...

Mi principito adora la lluvia, quizá porque donde él vive no llueve a menudo...

miércoles, diciembre 22, 2004

22-12-04

No estoy yo hoy como para que venga alguien a decirme algo. Explícitamente se le puede llamar alteración funcional sensorial, también conocido como rebosamiento de los órganos reproductores.

Hartazgo múltiple. De recriminaciones por parte de propios y extraños. De la familia. De los amigos. Del entorno laboral. De aguantar rabietas infantiloides. De psicopatías ajenas (como si no tuviera bastante con las propias). De callar y aguantar por respeto, por cariño y por cojones.

Tenemos dos oídos y una boca, supuestamente para escuchar el doble de lo que hablamos. Lástima que haya gente tan verborraica que no se detiene a escuchar lo que dice. Con lo bonito que es el silencio!

Soy mala. Muy mala. Y siempre lo seré a los ojos de ciertas perspectivas. Tanto da cuanto pueda hacer. Nunca lo suficientemente buena.

El cáliz de mi paciencia se ha colmado. He perdido las ganas, la fuerza, la motivación y lo que es peor: la esperanza.

Hoy si puedo derramar un mar de lágrimas. Por todo este tiempo de sequía. Por tanta ignorancia. Por tanto dolor. Por la no correspondencia. Por el sufrimiento extraño. Por lo que fue; por lo que podría haber sido. Por la luna, esa forastera que nos contempla, inalcanzable. Por el lado oscuro. El mío y el vuestro.

Brindemos por la soledad, la única que no decepciona, que te quiere lo suficiente para estar a tu lado en todo momento, incluso cuando no la deseas.

domingo, diciembre 19, 2004

19-12-04

Bienaventurados los cretinos

Hora: Indeterminada entre las dos y las tres de la madrugada

Primeros acordes de la melodía de Harry Potter. Eso sólo puede significar una cosa: me están llamando al móvil.

No es una equivocación ni nadie que se encuentre en apuros. O sí, depende de como se quiera interpretar. Aparece en el teléfono el nombre de quien llama: Mr. Perla. Pregunta tópica -Como estas- y que qué tengo planeado hacer mañana. Sugiere le haga una visita a domicilio después de llevar a cabo cualquier cosa que tenga en mente. Así, sin más. Hemos pasado al siguiente round.

El viernes le dí plantón al fontanero. Necesita más de veinte minutos para charlar conmigo y muestra signos de no saber contenerse ni siquiera en un lugar público.

Domingo noche: Sorpresa sorpresa. Mi abogado favorito. Me viene a recoger, me deja llevar "su" coche (aprende, Poleo) y encima me invita a cenar y a las copas pertinentes. Acaba suplicando que vaya esa noche a su casa. Lamentable.

Un personajillo pretende legarme sus escritos antes de desaparecer de este mundo cruel. Intenta el chantaje emocional para tener un "vis a vis". Ni hablar.

Me comunican que tengo una cita a ciegas con alguien de quien solo sé el nombre y tiene un grupo de jazz en Manresa. (porque quiero mucho a la futura mujer de quien me ha hecho esto, de lo contrario se quedaría viuda antes de tiempo...)

Mis compañeros de trabajo quieren presentarme a sus "allegados" en edad de merecer....

Una gran amiga pretende "colocarme" antes de primeros de año. Je!

¿Sigo? No. Mejor pongo punto final a este cúmulo de despropósitos.

Hace muchos, muchos años, una navidad, cuando me preguntaron qué quería como regalo de mi santo, no se me ocurrió otra cosa que pedir a alguien concreto. Por supuesto, era una broma. A media tarde del 25, llegaron mi prima y su pareja con una enorme caja envuelta en una cinta roja. Casi no podían moverla. ¿ya sabéis qué era, verdad? Divertido fue; menos mal que no se me ocurrió nombrar al primer impresentable que me pasó por la cabeza, porque habría tenido serios problemas...

Ya solo falta que me preparen un desfile, me los traigan en bandeja o, porque no, como si de una tienda de saldos se tratara, tria i remena...

Y luego hay quien afirma que utilizo a los hombres... Si ahora mismo no hay ni uno que merezca otra cosa! ¿Prejuicios? Para nada. Prejuicios son los de pensar que la edad tiene importancia, valorar a los demás por su aspecto, emitir opiniones gratuitas sobre cómo actuan los demás, el comportamiento machista...

Todavía no ha nacido...

miércoles, diciembre 08, 2004

8-12-04 Cuento

A punto de finalizar cinco días que han dado mucho de sí.

Hoy no me he fijado en mi farola. Mi mente iba por otros derroteros. Pensaba en la amistad. Quizá porque me he pasado el día entre amigos...

Una asociación de ideas rara, porque pensaba en eso y en la frase que, como si de un karma se tratara, hacía tiempo que no me repetía a mí misma...

A veces me he empecinado, intentando matar moscas a cañonazos, en acceder a personas con un duro caparazón, armadura, o blindaje a prueba de balas, basándome únicamente en mi criterio de que valía la pena conocerlas y brindarles mi amistad. ¿Las sobrevaloro? ¿Se subestiman? No tengo las respuestas. Sólo sé que mi instinto falla pocas veces pero, cuando eso ocurre, mi autoestima sufre una caída en picado. No cometo el error de creer que conocerme es amarme, conozco mis limitaciones, pero sí que nadie se ha quejado hasta el momento por tenerme como tal. Cuantas más vueltas le daba a todo esto, más me venía a la mente el "Porque yo lo valgo". Lo había olvidado y debería tenerlo siempre presente.

Os dejo con un cuento de Bucay


"El verdadero valor del anillo"-

-Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo ganas de hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo: "Cuánto lo siento, muchacho. No puedo ayudarte, ya que debo resolver primero mi propio problema. Quizá después..." Y, haciendo una pausa, agregó: "Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar".

- E... encantado, maestro - titubeó el joven, sintiendo que de nuevo era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

- Bien - continuó el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique de la mano izquierda y, dándoselo al muchacho, añadió-: toma el caballo que está ahí fuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, y no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó al mercado, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes, que lo miraban con algo de interés hasta que el joven decía lo que pedía por él. Cuando el muchacho mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le giraban la cara y tan sólo un anciano fue lo bastante amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era demasiado valiosa como para entregarla a cambio de un anillo. Con afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un recipiente de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta. Después de ofrecer la joya a todas las personas que se cruzaron con él en el mercado, que fueron más de cien, y abatido por su fracaso, montó en su caballo y regresó. Cuánto hubiera deseado el joven tener una moneda de oro para entregársela al maestro y liberarlo de su preocupación, para poder recibir al fin su consejo y ayuda.

Entró en la habitación.

- Maestro - dijo- lo siento. No es posible conseguir lo que me pides. Quizás hubiera podido conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

- Eso que has dicho es muy importante, joven amigo - contestó sonriente el maestro-. Debemos conocer primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar tu caballo y ve a ver al joyero. ¿Quién mejor que él puede saberlo? Dile que desearías vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca: no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo al chico:

- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya mismo, no puedo darle más de cincuenta y ocho monedas de oro por su anillo.

-¿Cincuenta y ocho monedas? - exclamó el joven.

- Sí - replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de setenta monedas, pero si la venta es urgente...

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

- Siéntate - dijo el maestro después de escucharlo - Tú eres como ese anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte un verdadero experto. ¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y, diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda.

8-12-04

Primeros compases del "Twisting by the Pool". Mark Pnofler y cía diciendo chorradas. Pero tiene ritmo. Es cierto lo que dicen de que las hierbas son malas, jeje, pero surten efecto, doy fe de ello. Ahora mismo las ideas fluyen hacia arriba impulsadas por resortes. Parece que el teclado va más lento, pero no puede ser, será mi vista la que no puede fijarse en un punto concreto. Me río de las letras que pasan ante mí. Todavía soy capaz de hacer dos cosas a la vez. Tener una ventana abierta del msg manteneniendo una conversación bueno, intentando, mínimamente coherente y pretender que pase lo que pienso al teclado, cosa harto difícil cuando no sé qué pienso o si pienso demasiado. Si me hablaran en arameo, ahora mismo le entendería. Menos el alemán, que alguien dijo que la vida era demasiado corta como para aprender ese idioma...

Sigue lloviendo. Bonito panorama. Cielo plomizo. Día para quedarse en casa, viendo el asfalto mojado, el mar... Y la ropa tendida, y la que hay en la lavadora. Nunca llueve a gusto de todos. El aire quiere ser mar y el mar quiere ser aire. Siempre lo mismo. Será una disfunción genética? Querer lo que no se tiene. El arte del deseo. ¿Realidad? ¿Imaginación? ¿Donde están sus límites? Gran pregunta: ¿tiene límites el deseo? ¿Y diferentes intensidades? No confundir con la ambición, que de eso no se trata aquí y ahora.

Bailo con el Why can't I be you de The Cure, magnificas trompetas. Eso, ¿por qué no puedo ser tu? ¿Por qué no podemos ser los demás durante un fugaz instante de nuestra vida? Ocupar tus lugares en mi cuerpo... me lo dijo un principito...

Nos quedaríamos perplejos al contemplar lo que se esconde detrás de cada uno. Las pasiones, los miedos, lo supérfluo, lo elemental, las amarguras...

La mirada se pierde a lo lejos. Si guiño un ojo todavía puedo enfocar algo.

Mis buenos propósitos para el año que viene, por adelantado.

Hoy me propongo fundar un partido de sueños
talleres donde reparar alas de colibríes
Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor,
tullidos, enanos, vampiros y días sin sol.
Hoy quiero patrocinar el candor desahuciado
esa crítica masa de dios, que no es pos ni moderna
se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar
desaparecidos, deudores del banco mundial

-Silvio Rodriguez- Ala de colibrí

Para acabar, un vals. El de Englebert Humperdink. The Last Waltz.

viernes, noviembre 26, 2004

26-11-04

La niebla se ha apoderado de esta parte de la ciudad. No hay coches, ni ruidos externos que enturbien el silencio. Se divisa la luna entre nubes. Hoy la farola me ha saludado apagándose.

Que el Archimago de Menzoberranzan, Gomph Baenre, que en la Antípoda Oscura debe tener siglos a la espalda, pero en la superficie solo tiene 19 te diga que eres alguien muy interesante y especial hace que el ego escale algunas posiciones. ¿Que les pasa a los infantes de hoy en dia? ¿Los potitos bledine, llevarán alguna sustancia especial en su composición, que les haga albergar complejo de Edipo? Porque de 28 p'alante todavía, pero menos... que luego la llaman a una pederasta (con una excepción, y el día que aparezca por aquí, el club de fans tendremos trabajo, jeje) En fin, evitaremos caer en la tentación...

jueves, noviembre 25, 2004

25-11-04

Música de hormigas. Eso canta Adam Ant. ¿Alguien nos ve desde alguna parte como hormigas? ¿nos envían señales? ¿se estará intentando comunicar conmigo un ente superior cada vez que la farola de casa se enciende casualmente cuando llego? No tengo respuestas para eso.

Mañana es hoy y queda un mes.

miércoles, noviembre 24, 2004

24-11-04

Los recuerdos afloran lentos, despacio, con parsimonia, para ser revividos de nuevo. Una semana. Siete días para el dolor en estado puro, para encontrar la calma. Para ser mas fuerte, para convertirme en piedra, roca, granito.

Lágrimas amargas, audaces, corrosivas, que se esconderán, convertidas en hielo por fuerza de voluntad. Cambiar de la tristeza a la alegria, portadora de una máscara griega. ¿Cuanto tiempo pueden aguantar el corazón y la mente en este estado? ¿Cual es el precio a pagar por la incondicionalidad?

Dj habla de identidad. Bonita palabra. Buscarse y hallarse. Lo mío debe ser un TID o transtorno de identidad disociativo (o múltiple). Porque soy muchas y variadas, todas en perpetua búsqueda de sí. Busco y no encuentro y cuando encuentro, resulta ser un monstruo. Distinta con todos. Odiada y admirada. ¿querida? Siempre en movimiento, siempre sin pensar. Pensar en mí, que pensar en otras muchas cosas es hábito cotidiano. ¿Tanto esfuerzo cuesta pensar en los demás? Compasión y comprensión. ¿Difícil? Vislumbro que si. Hasta en las mejores personas. También es mala suerte que el egoísmo salga en los momentos cruciales. Que son los peores, como no.

¿Cuanto duele querer sin esperanza, sin motivo?

Enjaulada. Limitada. Harta

El problema de mis identidades, todas ellas, es que están creadas precisamente para encajar. A la pregunta: describete, la respuesta es que se me puede llevar a todas partes sin bozal. Siempre concreta, sabiendo estar. Tanto da un restaurante de cinco tenedores como un tabernucho donde se te quedan pegados los zapatos al suelo (aunque mi postura no será demasiado ortodoxa, por eso de los bichitos que pudieran corretear). Me disfrazaré para la ocasión y me comportaré como se espera de mí.

Esa es la cuestión. utilizando metáforas, antes era tipo rio, siempre en constante movimiento. Ahora soy una especie de presa que se va llenando poco a poco, hasta saturarse demasiado y cuando se desborde, arrasará todo lo que encuentre en su camino.

viernes, noviembre 19, 2004

19-11-04

Otra vez es viernes. Fin de semana por delante, esta vez algo más desahogada (lo bien que vienen los atrasos de todo el año). Quizá me regale una sesión de cine. Quiero pasear por la playa, por mucho frío que haga, echo de menos el mar. Y poner cosas en orden. En casa y en mi vida. Una de las cosas que debo solucionar es el fantasma de cierto individuo que desapareció abducido y que cada día me abre una ventana en el msg para desearme buenas noches y decirme que me cuide.... sólo eso. Entre películas de mafiosos, terror e intriga... vamos bien. El silencio es absoluto, bueno, suena un móvil, la musiquita es horrible. Qué mal gusto tiene la gente para las melodías. Yo estaría todo el día recibiendo mensajes en el mío...

Todavía queda media hora aquí encerrada, sin nada mejor que hacer que contemplar la oscuridad delante, siempre amenizada por las rejas.

viernes, noviembre 12, 2004

12-11-04

A veces es necesario perderse para encontrarse. Servidora se pierde frecuentemente, como la sombra de Peter Pan. O mala sombra. Pierdo los nervios, la perspectiva, los papeles, el buen humor y hasta algún día perderé la cabeza. Luego viene la calma. Y vuelta a empezar. Porque todo en esta vida es cíclico. O ciclotímico (ahora ya sabéis lo que significa). Como la Navidad. Están poniendo las luces en las calles, que, si no hay cambio de tercio, se encenderán todas a una, como Fuenteovejuna, el dia 25. Ikea también se viste de Navidad, como el Corte Inglés. Nos empiezan a saturar con los anuncios de juguetes, cava, colonia, electrodomésticos (si alguien me regalara alguno por navidad o reyes se lo tiraría a la cabeza) y nos concienciamos de la "buena voluntad" para con los congéneres. Como si solo se tuviese que ser mejor por estas fechas! Uy, ya está, ya me he ido por las ramas otra vez. Véis como me pierdo? A veces también me pierde el orgullo, la mala leche... Aka odia su cocina y unas cuantas cosas más. Poleo la electricidad y el jardín. Yo odio el calentador y a los fenicios. Cada mañana me acuerdo de ellos. Y de los bancos (de los usureros, no los de sentarse)

Otro día mas

viernes, octubre 29, 2004

29-10-04

A punto de terminar el mes. De empezar nuevo horario. De que llegue ese odioso 31 que me pone de los nervios. De cobrar. Del Simo, lo que significa trabajo, trabajo y más trabajo. De tener unas "palabras" con la empresa, que quiere que firmemos una especie de contrato blindado, al que me voy a negar, evidentemente. De dar carpetazo a una historia que empezó mal y acaba peor.

Credibilidad. Cuando alguien pierde eso a los ojos de los demás, que queda? Nada. Porque ya no puedes confiar, creer, tener fe. Y es importante.

Asociación de ideas: sensación de haberle fallado a alguien. Si hubiese sido "mi" coche, el miércoles por la noche habría estado en bcn para estar al lado de alguien. Lo siento. Depender de algo o de alguien en ciertos momentos es terrible.

Incoherencias: Quiero? no quiero? puedo? debo? Never say never again. Torres más altas han caído. Y yo no soy piedra ni mármol.

sábado, octubre 16, 2004

16-10-04

Hoy me he dado cuenta de que tengo unas ideas preconcebidas completamente erróneas sobre el comportamiento de la gente cuando quiere a alguien. Fijate tu que mis creencias hasta el momento pasaban por el respeto, el diálogo, la comprensión... entre otras muchas cosas (cuidarl@, mimarl@... etc, etc) Y resulta que no, nada de eso. Hay gente para la que no significa nada de todo eso. Prefieren tener pareja para humillarla, comportarse egoistamente y tratarl@s como si fueran basura. Y van tres...

Qué es lo único que quedó en la caja de Pandora cuando terminaron de salir todas las calamidades? La esperanza... Supongo que de esta historia griega viene el dicho de que es lo último que se pierde... Pero, qué es lo que pasa cuando se ha perdido también esto? cuando no ves luz al fondo del túnel? cuando todo te parece vacío? Alguna vez os habéis preguntado qué diablos estáis haciendo con vuestra vida? Por qué buscamos tan desesperadamente la felicidad al precio que sea? Por qué? Por qué? Por qué? La vida es complicada? Nos la complicamos nosotros? Nos gusta que sea así porque si no, caeríamos en la monotonía y no podríamos soportarlo? Qué es lo que deseamos? Cuales son nuestras motivaciones? Todo parecen ecuaciones sin solución...

Por desgracia, tenemos esa manía de intentar controlarlo todo, incluso los sentimientos; evidentemente a causa de un sinfín de experiencias desastrosas que nos han ido sucediendo a través de los años y que hacen que desapareza toda ingenuidad. Pero Bowari tiene razón, es imposible ponerle pautas al día a día. Las personas, las situaciones, son distintas cada vez. Y también nuestros puntos de vista. Lo que hace años podía parecernos un detalle sin importancia, a estas alturas se ha convertido en algo intolerable. O al revés. Somos cambiantes. Variables. No cambiamos nosotros, o sí, pero creo que lo que varía es nuestra perspectiva. Nos pensamos más las cosas y nos dejamos ir menos. Y aunque pienso que es un error soy la primera en actuar así. Hace dos años analizaba las cosas, pero era distinta. Entonces no me importaba líarme la manta a la cabeza. Ahora sí. Mucho. Y piensas en el futuro, ya no porque creas que tienes una edad, sino porque quieres tenerlo bajo control. Queremos garantías, y aunque sabemos que eso es imposible, pero no por ello dejamos que pedirlas. Lo peor es que más que a los demas, nos las exigimos a nosotros mismos. Seguridad. Estabilidad. Buscamos el "para siempre".

Sería bonito poder dejarse ir, hacer las cosas por el simple hecho de hacerlas, pero nos hemos encasillado demasiado. Tememos tanto al futuro como a lo que nos rodea. Eso nos convierte en incapaces para actuar más allá de lo establecido.

miércoles, octubre 13, 2004

13-10-04

Últimamente todo pasa por la noche. Será que soy noctámbula por naturaleza. O que la noche se presta a confidencias...

¿Está todo arreglado? No. Ni mucho menos. Se han establecido unas normas. Siguen las dudas. Incluso más. Porque me da por psicoanalizar. Y a cada pregunta aparecen más. Hasta el infinito.

Hasta cuando? No lo sé. Pero quiero estabilidad. La necesito. Prefiero la soledad ahora a otro desastre.

Me pregunto: ¿por qué la mayor parte de los hombres son tan cobardes? Empiezan algo, encienden hogueras y luego viene el miedo al compromiso. ¿Será porque cuando se empieza algo, por mucho que pueda aportarte también tienes que renunciar a algo y no quieren? Te dicen que están enamorados de ti pero, ¿que hacen? Nada. Que no quieren renunciar a ti porque mereces la pena (El "Porque yo lo valgo" empieza a ser útil) pero te preguntas... no será que se está engañando y lo único que ve es que eres "normal" entre tanta lagarta? Tantas ecuaciones sin resolver...

Y luego dicen que nosotras somos complicadas...

Lo intento, te juro que intento no vivir deprisa deprisa... pero cuesta. Demasiado esfuerzo.

Dejarse querer está bien, pero está mejor todavía la reciprocidad y, cuando piensas que no estás dando todo lo que puedes por tu parte, te sientes mal...

Ambiciosas y exigentes con nosotras mismas y también con los demás, no lo olvides. Buscamos una utopía, pero hasta que no abramos los ojos, seguiremos insatisfechas.

Creo que ya no se trata de bajar el listón, es más bien asumir que al otro lado del arcoiris vamos a encontrar lo mismo que en este...

Y cómo creemos que son las cosas?

"Enamorarme es decirte cuánto simpatizo contigo por sostener tan graciosamente el espejo en el que me contemplo para darme cuenta de mi amor por ti".

"Sufrir porque las cosas no son como yo me las había imaginado no sólo es inútil, sino que además es infantil"

"La realidad ES, y frente a ella las ilusiones se disipan"

El problema no radica en estas premisas, que tengo muy presentes, sino en que los demás las vean igual. Sincronía.

El deseo en si o el porqué del mismo y el fin que persigue?

Qué es el deseo? ¿un anhelo? ¿un reflejo de nuestras ambiciones y, por qué no, de nuestro miedos?. Cuando deseas algo realmente, cuando lo persigues con ahinco y lo consigues ¿qué te queda?. Unos dirán que satisfacción, tanto personal como emocional, otros que alcanzas la felicidad, los más pesimistas dirán que nada, que una vez llegamos a la meta, no queda nada... Lo bonito de ese fin es el proceso en sí

Desear algo? a alguien?

Lamentablemente parece que llevemos una caperuza como la de los halcones tapándonos la cabeza, solamente así me explico como podemos caer en lo mismo tantas veces. En algún post se hablaba de segundas y terceras oportunidades a nosotros mismos. Y veinte y treinta también. Pero es que ya no son oportunidades, son los mismos errores disfrazados.

El conocimiento de terceros cada vez se hace más cuesta arriba. Acabas pensando aquello de "cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro, gato, pitón, tarántula o lo que quiera que tengas como mascota" (aquí sirve hasta Barbie y Kent) Sobre todo si esos sujetos con los que casualmente tropiezas, te subestiman de tal forma pensando que vas a creer a pies juntillas todas las historias rocambolescas que te cuenten.

Odio los libros de autoayuda, o los que intentan que comprendamos mejor al prójimo, pero voy a tener que acabar creyéndome el título de ese gran "best seller" llamado "porque los hombres mienten y las mujeres no saben leer un plano" un estudio estadístico les daría la razón.

Ya no se trata de buscar un ideal o de tener esa sincronía perfecta. Es que estamos convirtiendo el conocimiento de unos cuantos espécimenes que nos rodean en algo tan complicado como la cuadratura del círculo (Si. Existe. Está demostrado. Pero sigue siendo difícil). Conocerse uno mismo es algo menos tortuoso, incluso cuando nos autoengañamos, porque al menos, una pequeña parte de nos, por ínfima que sea, sabe que no es cierto. Pero... cuando por la boca de los demás solo salen incongruencias? Necesitamos un exorcista. Y bueno.

martes, octubre 12, 2004

12-10-04

Otro día de fiesta. ¿Para qué? si lo voy a invertir encerrada entre estas cuatro paredes... No quiero salir de casa. No quiero hablar. Ni coger el teléfono. Es uno de esos días en los que me gustaría dormir, dormir, dormir...

Poleo hablaba ayer de decisiones (supongo que tres días seguidos conmigo acaban atacando a cualquiera...)

Yo quiero hablar de miedos. Y desilusiones.

Este es un escrito que nunca llegaré a mandar por mail. Ya no vale la pena. Pero ahí está todo lo que no he sabido comunicar en esas "charlas" que hemos tenido. Mis peores pesadillas. Mis temores internos.

¿Volcarme en alguien? ¿Y de que me sirve, si cuando la resolución parece clara, acaban así las cosas?

Aquí viene la frase típica - eres fuerte, lo superarás - Si claro, qué remedio. Estoy cansada de tanta fortaleza. Cansada de ser una ONG ambulante. Cansada de no poder ser yo. De medir mis palabras. Mis actos. De tener que vivir conforme lo que se espera de mí. De ir al trabajo cada día y tener que estar atenta a todo. De que me pregunten constantemente cuando deberían tener sabidas las cosas. No quiero mandar. No soporto la autoridad y me obligan a serlo. De desfacer entuertos que se podrían haber evitado. ¿Si pido asilo político a los aborígenes de Nueva Zelanda, me aceptarían? Seguro que ni así.

Y aquí va un extracto de lo que nunca voy a enviar...

"Días perdidos... quizá. Pero la comunicación, por desastrosa que pueda ser, es fundamental. Quizá he aprendido más de ti en estos días que en los meses que llevo hablando contigo. Ambos llevamos coraza, casi adamantina.

Miedos... muchos y variados. Para todos los gustos. De lo que menos miedo tengo es de equivocarme. Si no, no empezaría nada. Recuerdo mis juegos de pequeña, con las cartas y las fichas de dominó. Si se desmoronaba la torre que tanto me había costado construir, la volvía a levantar. Pues con mi vida, lo mismo. Puedo no creer en el para siempre, en el “vivieron felices y comieron perdices”... porque la vida no es así. Y me lo ha demostrado. Ojalá la equivocada fuera yo. Me gustaría. De verdad. Pero vivir encerrada en mi burbuja, como tu dices, no es la solución y lo sé desde hace tiempo"

Se me han pasado muchas cosas por la cabeza. Capricho no. Me encapricharé de unos zapatos, un reloj, nunca de las personas. Odio jugar y que jueguen conmigo. Ni utilizarlas. Otra cosa es que tenga pánico. ¿A que? A que yo si pueda ser un capricho para el otro; a que tenga una imagen de mí distorsionada, a que me transfiera cualidades que quiere ver y realmente no tengo; a que estén para “pasar el rato”. Todo eso duele. Y mucho. Más cuando hago un esfuerzo para no echar a correr, para abrir resquicios en la coraza; para no decirle al otro, al primer atisbo de peligro para mi estabilidad emocional, que no quiero volver a verlo nunca más. Lo he hecho. Puedo hacerlo de nuevo. ¿Quiero hacerlo? No. Pero intento poner barreras. Es algo innato. Protección. Supervivencia. Mi miedo es a pasarlo mal después. ¿Más vale prevenir que curar? En mi caso puede que sea así"

Miedo a sentir. Demasiado. A que sea unidireccional. A dar y no recibir.

No me gustan los estereotipos. Nunca me he fijado en eso. No lo entiendo. ¿Como alguien puede guiarse sólo por las apariencias externas? Hay más. Mucho más. Prefiero mil veces lo que hay detrás. Lo que se esconde en el fondo de las personas. Sus motivaciones, ambiciones, sentimientos. ¡Claro que me gusta George Clooney! ¿Y a qué mujer no? Pero sólo es eso, una fachada. No lo conozco. A ti a duras penas. Despacito. Y soy impaciente. ¿Defecto? Tal vez. O quizá quiera aprenderte. Pese a los miedos. Intento vivir mi vida con total intensidad. Lo quiero hoy, ahora, en este instante. ¿Para qué? Si me gusta, puedo repetirlo. Mañana, pasado y el otro, el mes que viene, el año próximo... También la experiencia me ha demostrado que la paciencia no es la mejor consejera en según que situaciones. ¿Quieres algo? Dilo. Así, sencillo. Y si puedes tenerlo, sujétalo fuerte y no dejes que se escape. Si la vida te da una segunda oportunidad, o la primera, o una cuarta, aprovéchala. No pienses en que sea la última. No hay cabida para eso. Intento ser realista. Ver desde el principio los defectos del otro. No quiero despertarme mañana pensando que no soporto alguna de sus actitudes. Prefiero ver lo malo desde un principio, no subir a nadie al pedestal ni que me suban a mí. Las caídas desde lo alto son malas. Solo pensar si soy capaz de convivir con esos defectos. Si es así, adelante.

Soy una persona adulta, trátame como a tal. Nunca aceptaré un porque si o un porque no si no me los razonas. Quiero saber. Y quiero saber la verdad. La peor decepción es que me engañen.

Me preguntabas que es lo que quiero yo. Difícil pregunta. Quiero poder compartir mi vida con alguien. Volver a decir “te quiero”. Y que me lo digan. Quiero a alguien que comparta mis inquietudes. Que me escuche sin intentar solucionarme la vida. Que acepte mis opiniones. Que se tome en serio lo que digo. Que me siga en mis “locuras”. Que confíe en mí. Mucho pedir, ¿verdad? Demasiado exigente. Lo sé. Pero no me conformo con menos. Y al mismo tiempo lo temo. Por qué? Porque tener todo esto significa dependencia emocional. Y volvemos al círculo vicioso... ¿Recuerdas con que palabras te fuiste el jueves? Yo sí. Qué lástima tener tanta memoria... Dijiste que me fallabas... y has vuelto a hacerlo. Te voy a contar algo más de mi historia reciente. Los motivos por los que dejé a J, además del alcoholismo, las mentiras y las infidelidades. Lo que acabó de estropearlo todo fueron sus ausencias. Decir que venía y no se presentaba. Evidentemente porque se lo pasaba mucho mejor en cualquier bar emborrachándose o de fiesta con los colegas. Aparecía al día siguiente pidiendo perdón. Y le perdoné mucho. Pero es algo por lo que no voy a volver a pasar. Nunca más. No quiero viajes, no quiero balnearios, no quiero cenas. No quiero nada de todo eso si cuando realmente te necesito no estás a mi lado. No compensa. Ya ves, ni soy rubia, ni pacífica, ni la persona encantadora que pretendes que sea. Mis gatos forman un pack conmigo. Hay una frase que dice “quien me quiere a mí, quiere a mi perro”. Sólo se tiene que extrapolar a los mininos. Soy egoísta, como todo hijo de vecino. Lo de mal carácter... dejémoslo en carácter. A secas. Y me importas, claro que me importas. Mucho. De los cuatro días que llevo pensando, es lo que más definido tengo, si no, ¿de qué iba a estar haciéndome tantas preguntas?. ¿Es eso lo que querías oír? Pues aquí lo tienes. Pero esa “actitud” que me has demostrado es algo con lo que no puedo ni quiero vivir. Y la gente no cambia. Por nada ni por nadie. Ni siquiera por ellos mismos."

Ahora tenéis una idea más clara de mi "Kaos" particular. Puedo con ello. Lo llevo siempre conmigo. Ya estoy acostumbrada.

viernes, octubre 08, 2004

8-10-04

Noche rara. Especial. Intensa. Dormir poco y pensar mucho. Afectos perdidos y reecontrados. Dialogo. Despedida. Una y posiblemente no más. Porque hay un antes y un después. De tí. ¿Luz al fondo del túnel? Aún no lo sé. Tantas preguntas sin respuesta... Todo duele. ¿Duele el amor? Si. Nada tan cierto como eso. Cómo no iba a hacerlo si están en juego mentiras, sentimientos, decepción, pasión, dudas, traiciones... Otra forma de gnosis. De uno mismo. Una noria. Vueltas y vueltas pasando por el mismo punto. Una y otra vez. Pero hay algo que cambia siempre. El ángulo de la mirada. La perspectiva. Día o Noche. La música que acompaña el giro. También la ruleta. La del casino, no la rusa. Apostamos. Pero las combinaciones son infinitas. Rouge. Noire. Manque. Passe. Up. Down. Split. Street. Corner. Square. Apostarlo todo a un sólo número. Arriesgado. Pero efectivo. Te lo devuelven con creces. El 0. El vacío. Especie de suicidio. Ganemos treinta y ocho veces lo que apostemos o solamente una, la banca siempre se lleva la mejor parte.

Qué parte es la banca?

Rien ne va plus, les jeux sont faits.

miércoles, octubre 06, 2004

6-10-04

He vuelto. Como Fredie Krueger. Jason. El un, dos tres.

Un globo. El que lleva Aka desde su operación. Dos globos. Para alzarse en pos de la tormenta. Tres. Los que ocupan mi cabeza.

Tres. Tres largas semanas hasta llegar a las vacaciones. Tres amigas que vienen conmigo. O yo voy con ellas. Tanto monta, monta tanto.

Dos. Dos días para un fin de semana eterno, para emplear bien el tiempo. Tiempo para la introspección. Para desaparecer. Así, despacito. Siempre hacia el interior.

Uno. Uno mismo. El otro.

El ratón que he cambiado y ya funciona correctamente. Hoy tengo ganas de imaginarme cosas. Un mar embravecido. Cabalgando las olas. Lluvia contra los cristales y después... el silencio. Profundo. Denso. Callado.

Intento recordar buenos momentos.... pero hoy no puedo. Sólo recuerdos agridulces. Y que la vida es injusta. Añoro gente a la que amé, que amo y también a la que amaré en algún momento. Hoy me siento sola. Mucho. El momento de transición ha pasado. Altibajos. Demasiado en poco tiempo. Euforia. Llanto. No me gusto nada hoy.