domingo, diciembre 19, 2004

19-12-04

Bienaventurados los cretinos

Hora: Indeterminada entre las dos y las tres de la madrugada

Primeros acordes de la melodía de Harry Potter. Eso sólo puede significar una cosa: me están llamando al móvil.

No es una equivocación ni nadie que se encuentre en apuros. O sí, depende de como se quiera interpretar. Aparece en el teléfono el nombre de quien llama: Mr. Perla. Pregunta tópica -Como estas- y que qué tengo planeado hacer mañana. Sugiere le haga una visita a domicilio después de llevar a cabo cualquier cosa que tenga en mente. Así, sin más. Hemos pasado al siguiente round.

El viernes le dí plantón al fontanero. Necesita más de veinte minutos para charlar conmigo y muestra signos de no saber contenerse ni siquiera en un lugar público.

Domingo noche: Sorpresa sorpresa. Mi abogado favorito. Me viene a recoger, me deja llevar "su" coche (aprende, Poleo) y encima me invita a cenar y a las copas pertinentes. Acaba suplicando que vaya esa noche a su casa. Lamentable.

Un personajillo pretende legarme sus escritos antes de desaparecer de este mundo cruel. Intenta el chantaje emocional para tener un "vis a vis". Ni hablar.

Me comunican que tengo una cita a ciegas con alguien de quien solo sé el nombre y tiene un grupo de jazz en Manresa. (porque quiero mucho a la futura mujer de quien me ha hecho esto, de lo contrario se quedaría viuda antes de tiempo...)

Mis compañeros de trabajo quieren presentarme a sus "allegados" en edad de merecer....

Una gran amiga pretende "colocarme" antes de primeros de año. Je!

¿Sigo? No. Mejor pongo punto final a este cúmulo de despropósitos.

Hace muchos, muchos años, una navidad, cuando me preguntaron qué quería como regalo de mi santo, no se me ocurrió otra cosa que pedir a alguien concreto. Por supuesto, era una broma. A media tarde del 25, llegaron mi prima y su pareja con una enorme caja envuelta en una cinta roja. Casi no podían moverla. ¿ya sabéis qué era, verdad? Divertido fue; menos mal que no se me ocurrió nombrar al primer impresentable que me pasó por la cabeza, porque habría tenido serios problemas...

Ya solo falta que me preparen un desfile, me los traigan en bandeja o, porque no, como si de una tienda de saldos se tratara, tria i remena...

Y luego hay quien afirma que utilizo a los hombres... Si ahora mismo no hay ni uno que merezca otra cosa! ¿Prejuicios? Para nada. Prejuicios son los de pensar que la edad tiene importancia, valorar a los demás por su aspecto, emitir opiniones gratuitas sobre cómo actuan los demás, el comportamiento machista...

Todavía no ha nacido...