miércoles, diciembre 08, 2004

8-12-04

Primeros compases del "Twisting by the Pool". Mark Pnofler y cía diciendo chorradas. Pero tiene ritmo. Es cierto lo que dicen de que las hierbas son malas, jeje, pero surten efecto, doy fe de ello. Ahora mismo las ideas fluyen hacia arriba impulsadas por resortes. Parece que el teclado va más lento, pero no puede ser, será mi vista la que no puede fijarse en un punto concreto. Me río de las letras que pasan ante mí. Todavía soy capaz de hacer dos cosas a la vez. Tener una ventana abierta del msg manteneniendo una conversación bueno, intentando, mínimamente coherente y pretender que pase lo que pienso al teclado, cosa harto difícil cuando no sé qué pienso o si pienso demasiado. Si me hablaran en arameo, ahora mismo le entendería. Menos el alemán, que alguien dijo que la vida era demasiado corta como para aprender ese idioma...

Sigue lloviendo. Bonito panorama. Cielo plomizo. Día para quedarse en casa, viendo el asfalto mojado, el mar... Y la ropa tendida, y la que hay en la lavadora. Nunca llueve a gusto de todos. El aire quiere ser mar y el mar quiere ser aire. Siempre lo mismo. Será una disfunción genética? Querer lo que no se tiene. El arte del deseo. ¿Realidad? ¿Imaginación? ¿Donde están sus límites? Gran pregunta: ¿tiene límites el deseo? ¿Y diferentes intensidades? No confundir con la ambición, que de eso no se trata aquí y ahora.

Bailo con el Why can't I be you de The Cure, magnificas trompetas. Eso, ¿por qué no puedo ser tu? ¿Por qué no podemos ser los demás durante un fugaz instante de nuestra vida? Ocupar tus lugares en mi cuerpo... me lo dijo un principito...

Nos quedaríamos perplejos al contemplar lo que se esconde detrás de cada uno. Las pasiones, los miedos, lo supérfluo, lo elemental, las amarguras...

La mirada se pierde a lo lejos. Si guiño un ojo todavía puedo enfocar algo.

Mis buenos propósitos para el año que viene, por adelantado.

Hoy me propongo fundar un partido de sueños
talleres donde reparar alas de colibríes
Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor,
tullidos, enanos, vampiros y días sin sol.
Hoy quiero patrocinar el candor desahuciado
esa crítica masa de dios, que no es pos ni moderna
se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar
desaparecidos, deudores del banco mundial

-Silvio Rodriguez- Ala de colibrí

Para acabar, un vals. El de Englebert Humperdink. The Last Waltz.