miércoles, diciembre 22, 2004

22-12-04

No estoy yo hoy como para que venga alguien a decirme algo. Explícitamente se le puede llamar alteración funcional sensorial, también conocido como rebosamiento de los órganos reproductores.

Hartazgo múltiple. De recriminaciones por parte de propios y extraños. De la familia. De los amigos. Del entorno laboral. De aguantar rabietas infantiloides. De psicopatías ajenas (como si no tuviera bastante con las propias). De callar y aguantar por respeto, por cariño y por cojones.

Tenemos dos oídos y una boca, supuestamente para escuchar el doble de lo que hablamos. Lástima que haya gente tan verborraica que no se detiene a escuchar lo que dice. Con lo bonito que es el silencio!

Soy mala. Muy mala. Y siempre lo seré a los ojos de ciertas perspectivas. Tanto da cuanto pueda hacer. Nunca lo suficientemente buena.

El cáliz de mi paciencia se ha colmado. He perdido las ganas, la fuerza, la motivación y lo que es peor: la esperanza.

Hoy si puedo derramar un mar de lágrimas. Por todo este tiempo de sequía. Por tanta ignorancia. Por tanto dolor. Por la no correspondencia. Por el sufrimiento extraño. Por lo que fue; por lo que podría haber sido. Por la luna, esa forastera que nos contempla, inalcanzable. Por el lado oscuro. El mío y el vuestro.

Brindemos por la soledad, la única que no decepciona, que te quiere lo suficiente para estar a tu lado en todo momento, incluso cuando no la deseas.