domingo, febrero 27, 2005

27-02-05

Haremos una excepción y llamaremos a cada cosa por su nombre, sin metáforas ni hipérboles.

Ayer acabé de confirmar la pérdida de una relación de años. Hasta me llegué a sentir avergonzada. Cada vez soporto menos a las personas que requieren ser el centro de atención en todo momento. Después de tantos años, todavía no han llegado a entender que la posesividad amistosa no va conmigo. Ni pretenderé que alguien sea mío y solo mío, ni siquiera intentaré con subterfugios más o menos velados meter cizaña para que dos personas se enfrenten entre sí. He descubierto, aunque tarde, que hay personas así. Más de las que querría.

Nunca entenderé esa ambición desmedida por coleccionar ya sea hombres, amigos o halagos. ¿Que ligas más que yo? Estupendo! ¿Que te quieren más? Fantástico! Pero no hace falta alardear de ello. Un experto podría constatar de ese comportamiento cierto complejo de superioridad activado para ocultar uno de inferioridad. Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Quizá por eso se sienten tan solos...

Hay otras que, por cuestión de puntillosidad, no quieren ni oir hablar de esto. No les importa escribir cuantos mails haga falta pero ¿aquí? No, por dios! Y no tienen ni idea de lo que duele la sensación de rechazo. ¿Hipersensible? Si, ahora si. Pasó el momento de callar. ¿Que voy a decir de los dan más valor a comentarios de terceros, anteponiendo sus criterios? Que se acabó tener tanta consideración para con el prójimo. Me siento dolida. Mucho. Y ¿qué hago cuando me siento dolida? Me aislo. Me encierro en mi caparazón hasta que la tormenta interna ha pasado y soy capaz de razonar fríamente. Perdonar es fácil, lo difícil es olvidar y actuar como si nada hubiera pasado cuando te sientes traicionado. Claro que ya me lo dice siempre mj -no esperes nunca nada de los demás y así no te defraudarán- gran máxima que nunca he sabido llevar a la práctica. Quizá lo mejor sea mantener esa especie de desapego como solo ella es capaz de hacer.

Tan malo es dar alas a la fantasía de alguien cuando no te interesa, como convertirse en el perro del hortelano para que ese hueso solo lo puedas desenterrar tu. Debemos aprender a utilizar la táctica de los animales. Si no ves a tu mascota realizar la "fechoría", imposible reñirle cuando lo descubres, porque el pobre bicho no sabrá el motivo. Todavía peor cuando las recriminaciones no tienen razón de ser. Aquí vendría un -protesto por incompetente, irrelevante e inmaterial- al más puro estilo Perry Mason.

También me duele el silencio...

O puede que tenga razón mi señora madre cuando dice que me canso de las cosas. Cierto es que cuando llevas mucho tiempo con algo o alguien, le acabas viendo todos los defectos que al principio no veías. Cegata que es una...

Qué bonita es la amistad... a veces.