domingo, diciembre 11, 2005

10-12-05

Hoy por fin he ido a ver "La vida secreta de las palabras". Cuando ella le dice que no puede irse con él porque cree que en algún momento llorará tanto que no habrá nada ni nadie que la pueda parar, que las lágrimas inundarán la habitación y que se irá al fondo, lo arrastrará con ella y se ahogarán los dos, la respuesta de él es: Aprenderé a nadar. (En otro momento él había confesado que no sabía)

Sabéis que tendréis que leerme durante una temporada, verdad?

Ojalá fuera tan fácil como agrupar todo el dolor, la rabia, los sentimientos, poder hacer un kame-hame-ha, lanzarlos bien lejos y quedarte tranquilo. Pero no es así. Hoy por hoy es como si me hubieran arrancado una parte del cuerpo y aún formara parte de mí. No se puede olvidar en 24 horas.

Además de estafada me siento ilusa. Esperaba una disculpa por todo el dolor causado. Alterno momentos de ira con los de llanto. Le echo de menos. Podría insultar y abrazar al mismo tiempo. Y permutaría algún que otro de mis baluartes por escuchar la verdad absoluta.

Debe ser tan difícil estar con alguien que necesita la comunicación casi tanto como el aire que respira...

Si alguna vez se cumplen los deseos, este debería cumplirse por justicia: aunque sea durante una milésima de segundo, que deba arrepentirse. Tengo presente todo lo que me habéis dicho y posiblemente sea cierto que nunca nadie le habrá querido ni le querrá así, pero no sirve de nada si no se tiene conciencia de ello. Por supuesto pasará. Todo pasa. Soy mujer. Y tampoco voy a dejar que alguien que me ha dicho tantas mentiras y que posiblemente (por no asegurar) me ha sido infiel, se convierta en mi via crucis particular. Tengo dignidad y amor propio que no me van a permitir seguir enamorada de quien me ha utilizado. Me parece de peleles querer a alguien después de esto, y todavía más continuar relacionándome con esa persona. Tampoco diría nada bueno en su favor si alentara mis intenciones y no quisiera volver conmigo, no? Primero porque tener satélites que te vayan detrás únicamente para subir tu ego es repugnante y segundo porque nunca segundas partes fueron buenas Así que por dios, dadme de collejas si alguna vez decido hacer eso.

Aunque por el momento, sigue el duelo. Como dicen mis buenas amigas, todas con su parte de razón, sabrás que has olvidado cuando te despiertes y no pienses en él, y algo que tenemos que hacer y que nunca llevamos a la práctica: dejar que nos quieran, en lugar de querer.

No entiendo nada.