domingo, junio 19, 2005

Monólogos de la autoestima

Hace poco, recibí esto por valija interna de mi “alter ego”.

Apreciada Kaos,

¿Quieres dejar ya de lamentarte? Vamos, que ya tienes unos añitos a las espaldas como para pillar esas rabietas de niña pequeña. ¿Qué es eso de pasar de la tristeza al mal humor en tan breve espacio de tiempo? Así no hay dios que pueda ser estable! Y luego te quejas de los demás.

Psicoanalizate un poquito más y elucubra un poquito menos. ¿Recapitulamos? Venga, vamos allá. Empecemos por la economía que es lo que menos te importa. Trabajas, cosa que no puede decir todo el mundo. Te acaban de aumentar el sueldo (si, si, ya sé que no te convence pero entre eso y los incentivos puedes llegar a estar tranquila). Te llevas bien con tu jefe, lo cual resulta bastante anormal. Con alguna excepción, una buena parte de tus compañer@s siente simpatía por ti (y mira que eres borde a veces). Estás bien considerada por la empresa a pesar de tus reivindicaciones. ¿Quieres más? Si, también sé que empiezas a odiar lo que haces, pero si es así, toma una decisión, asume el riesgo y ve a por el cambio.

Recibir un sueldo mensual te permite ser independiente. Claro que tienes gastos! Como todo hijo de vecino, ya te digo! Y aunque las has pasado canutas algún que otro mes, siempre has salido a flote. Vives en un piso desde el que puedes saludar al mar a diario. Con luz, mucha luz, como a ti te gusta. Redecorarlo? Si, porque no, pero poco a poco. ¿Qué no hay ascensor? Y qué! Te traen la compra a domicilio y subir escaleras fortalece esas piernas que son la envidia de muchas y de las que tan orgullosa te sientes.

Unos gatos maravillosos que te adoran con toda su alma. Que perciben tu estado anímico y se pegan a ti cual lapas para mimarte. Y que reclaman que también los quieras. ¿Qué de vez en cuando rompen algo? Ya los conoces, no se lo tengas en cuenta... Claro que yo haría algo con referencia a que Gamarús duerma encima de tu cabeza, más que nada porque me provoca pesadillas, pero aquí el ente físico eres tú, y si lo tienes así de malcriado, sufre las consecuencias (aunque servidora también)

Una familia que te deja hacer tu vida, se preocupa lo necesario y te ayudan cuando pueden. Que se alegran cuando les vas a ver porque precisamente no te ven a diario (no, no te lo tomes a mal, es por eso de familia y trastos viejos...) No me digas que así las pocas obligaciones que tienes para con ellos no son más llevaderas! Si lo decidiste tú...

De salud bien, gracias. Bueno, algo jodidilla de la espalda pero no es de extrañar. Demasiadas horas delante de los ordenadores. Y veo que le vas poniendo remedio. No me seas hipocondriaca. Esa pérdida de quilos no tiene porque ser nada malo. Míralo por el lado positivo, empiezas a estar de buen ver. De todas formas, ya has salido de dudas y, pasara lo que pasara, eres capaz de afrontarlo. Otra cosa es la salud mental. Pero entre tus escritos, que reflejan perfectamente como te sientes y te ayudan a soltar adrenalina, actividades varias y ese sentido del humor tan especial y que poca gente capta, lo llevas con bastante dignidad. Tus contradicciones me vuelven loca a veces, pero como llevamos así muchos años, he acabado por acostumbrarme a ellas. ¿Qué ahora te ha dado por leer a Bukowski y escuchar pianistas? Resignación. Ya llegarán tiempos mejores. Prefiero eso mil veces a escuchar canciones lacrimosas que me hacen sentir mal. Apoyo tu decisión de no ver la caja tonta, que bastante atontada estás a veces como para dejarte influenciar por ella. Córtate las uñas y vuelve a aporrear la guitarra! Echo de menos esas sesiones para un solo oyente. Y no fumes tanto, que no es bueno para las cuerdas vocales y no podrás llegar a hacer las segundas voces. Si sigues así vas a parecer Joe Cocker. ¿Dónde se han quedado las ganas de hacer excursiones? Están esperando que les lleves de paseo a ver cosas inéditas. Ponte las pilas mona, que ya tardas. ¿No me habías dicho que ibas a plantar flores? Ensuciarte las manos te jode, eh? Pues nadie va a hacerlo por ti. Y vete a la biblioteca del barrio, que me siento avergonzada cuando expolias a la gente. ¿qué soy peor que tu madre? Por supuesto! Tu madre no tiene que aguantarte y yo sí. 365 días durante 24 horas. Así que tengo todo el derecho del mundo. Menos mal que cuando duermes puedo descansar...

Necesitas las dos manos para contar a tus amigos. ¿Cuánta gente puede decir eso? Están ahí cuando los necesitas. Te escuchan, te animan y te dan su opinión (y te dan de comer). ¿Eso no es suerte?. De acuerdo, a lo largo de los años has perdido algunos pero, ¿te has parado a pensar si realmente valían la pena? Hay etapas. Quizá los necesitabas en ese momento y ahora no. Todo tiene su porqué. Si, tienes razón en eso, hay unos pocos a los que te hubiera gustado mantener. De la infancia, alguno de la juventud, pero las circunstancias mandan. ¿Son peores acaso los nuevos? No, verdad? Pues ala, arreando. Decepciones de vez en cuando las tenemos todos. No sólo tu, no me seas dramática o te apunto para actriz de culebrón. Y de los conocidos sacas lo que puedes, no me lo negarás...

Tema escabroso el que viene ahora, pero seamos claras: puedes tener sexo cuando quieras (y del bueno). Y si no lo tienes es porque no quieres. Hay un par o tres a los que solo tienes que llamar y vendrían encantados. Pero no, a la señora no le interesa eso, se nos ha vuelto personita y quiere algo más. Entonces, hija de mi vida, ¿por qué no escoges mejor? ¿Vas a seguir recogiendo a todos los descarriados y almas en pena de este mundo? Un poquito de consideración! Si no lo haces por ti, hazlo por mí, que luego pago los platos rotos. Las criaturas nocturnas siempre te darán disgustos, piénsalo. Ya sabes con qué vas a toparte por donde te mueves: esos chicos malos tan divertidos pero nada recomendables y lobos con disfraz de cordero, de los que tiran la piedra y esconden la mano. No sé yo qué es peor. Al menos a los primeros los detectas a simple vista. No te voy a dar consejos. Te lo han dicho varias veces y no es cuestión de repetirlo. Tienes un imán o un neón con las palabras –ven a la luz- que emiten destellos altamente reconocibles para esas dos especies. Haztelo mirar. Y vuelve a subirte la autoestima con el “porque yo lo valgo”; te sirvió en su momento y no creo que nunca más lo vuelvas a pasar peor. ¿Quieres a alguien que te quiera? Si me parece estupendo, pero que te merezca. Y no bajes la guardia, que el mundo está lleno de cretinos esperando encontrar resquicios en la coraza para aprovecharse.

A que no te sientes tan mal? Pues un gran consejo de esos que te doy a veces y pareces empecinada en no seguir. Cada vez que te entre el telele, vuelvete a leer esto.