martes, abril 12, 2005

12-04-05

Escuchando a John Lennon y su Instant Karma, me asaltan cuestiones de lo más variopinto. Me han propuesto escribir un libro conjunto para un concurso. No sé yo. Soy capaz de escribir mi día a día, pero desarrollar un personaje es harina de otro costal. Tengo hasta septiembre para presentarlo. Se supone que debo escribir la historia de la parte femenina y la parte contratante de la segunda parte hará lo propio con el masculino, luego, quién sabe en qué momento, se enlazarán los dos protagonistas. Y el único nombre que me viene a la mente es bastante raro: Discordia. Debo estar influenciada por lo que me estoy leyendo ahora. Sigo con Terry Pratchett. Ya finalizado el libro sobre la Muerte en el Mundodisco, el actual versa sobre el Apocalipsis y los eventuales pactos entre algunas fuerzas del bien y del mal, acostumbradas a vivir en la tierra y sin ningunas ganas de que se acabe el mundo. Una bruja llamada Anatema. Si, será por eso, seguro. O tal vez porque discordia hace tiempo que se ha instalado en mi vida. Mejor no pensar en ello. Quiero creer que todo se solucionará. La caja de pañuelos baja a una velocidad de vértigo, mientras los estornudos se suceden en la misma proporción.

Hay días en que me temo a mí misma por las cosas que se me ocurren. Cometería mil locuras sin pensármelo dos veces. ¿Período de transición? ¿He resurgido de las cenizas, como el Fénix y me embargan las ganas de vivir de nuevo?. Qué desequilibrio el mío! Toda la semana planificada al detalle. Esta. Porque la que viene no sé qué haré. Ese sentirse a la deriva, sin tener control ninguno... momentos de calma absoluta mezclados con la vorágine total. En vez de cantar “el patio de mi casa es particular” podría cambiarlo por “el kaos de mi vida es particular”. El teléfono no para de sonar. Se agradece la preocupación de la humanidad por mi estado de salud, pero, si supieran las pocas ganas que tengo de conversar... Podría vivir perfectamente sin estos ingenios de la tecnología. También es paradójico que, odiando estos cachivaches, mi trabajo consista en estar ocho horas al teléfono...¿Habré sido tan terrible en otra vida para tener que aguantar semejante penitencia en esta? No exageremos, tampoco es tan malo. Conozco gente encantadora que me divierte y encima me hacen regalos. Claro que también he trabado conocimientos de todo tipo a lo largo de mi movidita vida y no debido al trabajo. Estafadores, ludópatas, cocainómanos, dipsómanos, niños de papá, cuentistas, marmotas... Vale, concedido. También hay gente que roza la normalidad. Y algunos tan aburridos que hasta me sumen en un estado catatónico. Supongo que suele pasar. Todo aquel sin un ápice de ingenio y sentido del humor británico no tiene cabida en mi agenda. Por eso los chicos malos. Porque suelen tener de ambos y en grandes dosis.

¿Véis lo que pasa por estar encerrada? Que sólo suelto sandeces.

Me acabo de acordar de todos los antepasados de ese hombre que tenía que compartir piso conmigo. ¿Alguien quiere una habitación Ikea? Porque ya que no ha venido a buscarla y está por estrenar, mejor la vendo, me la quito de encima y además me saco una pasta. ¿Me quedará espacio para poner el piano de cola? Tendré que medirlo...

Compartimos muchas cosas, arte, música, literatura, incluso el mismo gusto por los hombres, jeje, estoy segura de que a él también le gustaría mi principito...

Asociación de ideas debida a la canción de sir Elton:

What do I got to do to make you love me?
What do I got to do to make you care?
What do I do when lightening strikes me?
And awake to find that you are not there

Hay algunas frases que asustan por lo identificado que te puedes sentir. Claro que si oimos Un Pingüino en mi ascensor cantar eso de “tus padres no nos van a oír, los encerré en el montacargas...” “...deja de llamar a la portera, contigo no hay manera, yo que puse toda mi ilusión, en ésta violación....” mucho no nos va a impactar, por supuesto. Todo tiene su momento.

Le estoy dando un repaso a mi discografía. No siempre me dedico a escuchar a los célebres pianistas.

¿Quién con niños se acuesta mojado se levanta? Mira por donde, refrán para poner hoy. Posiblemente. Tengo que reconocer que mis “niños” me han culturizado musicalmente. Nunca habría descubierto a The Bolshoi, NIN, Vaya con Dios, Portishead y otras joyas musicales si no fuera por ellos, porque es evidente que los fósiles de mi edad se quedaron estancados en el paleolítico. En contrapartida, para ciertos jueguecitos, nada como la generación del 60... Ainsss, creo que esto levantará ampollas, pero no voy a tocar ni una sola coma.

Abuela, la pastilla. Hora de la amoxicilina. Dejaremos de levantar polvorines y discurriremos por otros senderos con menos controversias....