domingo, abril 17, 2005

17-04-05

Escuchando el "Shine on your crazy diamond" de Pink Floyd, que es algo como para ir muy fumado, pienso si no debería yo hacer lo mismo. Me refiero a tomarme una buena ración de hierbas, un lingotazo de algo, o una ración extra de valiums para tranquilizarme. Estoy que me subo por las paredes. Aullaría como el lobo de los tres cerditos, aunque él soplaba; soplar de beber no, que conste. Claro que si las paredes son de cemento armado, con jeros del 15 no le iba a costar nada al pobre... después tendrían que hiperventilarle porque se quedaría seco.

Ni salir a pasear surte efecto. La casa limpia, el cenicero lleno, mis deditos que ya casi ni los siento de tocar la guitarra. Si, he vuelto a las andadas, con premeditación, alevosía y nocturnidad. Y mis vecinos deben tener unas dosis de paciencia que rayan en la santidad, porque a estas horas dedicarse a dar gorgoritos no es que sea muy normal.

I've got you, under my skin. No sabes cuanto... tanto que es monotemático. Y me repito a mi misma, como en la canción, no seas loca, no siempre puedes ganar, usa tu cabeza, levantate y despierta a la realidad. Es lo que tiene la música crooner, que habla de sentimientos y por norma, tienen razón, como las madres y las abuelas.

Y qué es la realidad? despertarse cada día, trabajar más o menos, salir a divertirme mientras tengo la mente puesta en otro lado, soñando, imaginando el cuento de la lechera, planificando respuestas, situaciones, deseando quien sabe qué. Yo si lo sé, pero eso es otra historia.