viernes, enero 14, 2005

14-01-05

Semana de transición. Escucho "Fly me to the moon" por Frank Sinatra. He abandonado mi luna y me he instalado en el averno temporalmente, hasta que alguien me devuelva a mi planeta, con mi rosa en su campana de cristal, mi cordero, mi volcán extinguido y mis baobabs. ¿Lo esencial es invisible a los ojos, como dijo el zorro? Por supuesto que si. Como personales e intransferibles son las imágenes dantescas que pasan ante mis ojos. Llameantes círculos concéntricos, ochos infinitos, geometrías de la razón, que no entiende de tales.

Las composiciones llamadas fugas... ¿se denominan así porque hacen que la gente huya despavorida cuando las escucha? He cambiado al pianista habitual por Shostakovich, rescatándolo del olvido. Y ahora no sé si huir o sencillamente cambiar de compacto. Pero hoy era rojo. Roja la ropa, rojas las velas, rojo el pensamiento, y las disonancias ayudan a canalizar la energía. O no, pero es lo que pide mi psique.

Amo mi soledad en estos momentos. Mi silencio. Mi espacio. Abrazarme y bailar en la penumbra. Contemplación extasiada de formas extradimensionales en el techo. Nadar en amniótico elemento. Desplazarse al margen de la gravedad.

Ser atemporal, atípico, antonomásico.